No es lo que dices, es cómo lo dices
Cómo encontrar las palabras adecuadas para tus charlas
¿Cuántas veces has querido expresar algo y no encontrabas la palabra adecuada? Estamos seguros de que unas cuantas, como todos.
Si esto nos pasa en una conversación cotidiana, no es un gran problema: buscamos una alternativa, aunque demos un rodeo. Pero, ¿qué ocurre cuando estamos frente a una audiencia? ¿Cómo podemos asegurarnos de encontrar las palabras exactas que transmitan nuestro mensaje con precisión y fuerza?
En busca de la palabra perfecta
Encontrar la palabra adecuada es uno de los mayores retos de la oratoria. Es un proceso que requiere un conocimiento profundo del tema que estamos tratando y, además, la habilidad de conectar con la audiencia y transmitir nuestras ideas de manera clara y efectiva. Como decía Pericles, “El que sabe pensar pero no sabe expresar lo que piensa está al mismo nivel que el que no sabe pensar.” Por eso, es esencial que dominemos el arte de elegir las palabras con cuidado.
Precisión y sencillez
Una buena palabra no es necesariamente la más compleja ni la más rara. Al contrario, la palabra ideal es aquella que describe de manera más acertada y simple lo que tienes en mente. La precisión y la sencillez son claves para asegurarte de que tu audiencia entienda y retenga tu mensaje. Si queremos conectar con nuestra audiencia, debemos adaptar el lenguaje de nuestra presentación para aumentar la comprensión y el engagement.
Cómo encontrar las palabras adecuadas
Aunque no existe una fórmula mágica para encontrar la palabra perfecta, hay ciertas técnicas y disciplinas que pueden ayudarte en este proceso:
Mantén un registro de palabras efectivas.
Si encuentras una palabra o frase que te funciona bien en un contexto, anótala. Podrás recurrir a ella en futuras presentaciones. También es útil observar y aprender de los discursos de otros oradores para ampliar tu repertorio.Parafrasea y reformula para una mayor precisión.
Practica reformulando tus frases, buscando siempre las palabras más adecuadas. No se trata de parafrasear por parafrasear, sino de asegurarte de que cada palabra contribuye al impacto de tu mensaje. Si la palabra que has utilizado es la exacta, no la cambies.Enriquece tu vocabulario a diario.
Practica la curiosidad: lee, escucha, y aprende. El vocabulario es para el orador lo que las flechas son para un arquero: cuantas más tengas, más posibilidades tendrás de dar en el blanco. Ampliar tu vocabulario te permitirá tener más precisión y ser más convincente en tu elección de palabras.Conoce la jerga de tu audiencia.
Además de las palabras cotidianas, es importante que domines la jerga específica de tu profesión o del público al que te diriges. Esto incluye términos técnicos, locuciones latinas, anglicismos, y palabras de moda. También es útil familiarizarse con los conectores lógicos, que te ayudarán a estructurar tu discurso de manera coherente y fluida.Practica la flexibilidad lingüística.
Prepárate para adaptarte en tiempo real. Durante una presentación, puede ser necesario reformular una frase o encontrar una palabra diferente si notas que tu audiencia no está respondiendo como esperabas. Esta flexibilidad es crucial para mantener la conexión con el público.
La relación entre la palabra y la audiencia
Conocer a tu audiencia es fundamental para elegir las palabras adecuadas. Conociendo las características concretas (demográficas y psicográficas) de nuestra audiencia: sus valores, creencias y el nivel de conocimiento sobre el tema que trataremos, podremos comprender cómo establecer mejor una conexión con ellos y así podremos prepararnos mejor para proyectar nuestro conocimiento y experiencia.
Por ejemplo, si estás hablando ante un grupo de jóvenes universitarios, puede ser más efectivo utilizar un lenguaje fresco y dinámico, con referencias culturales contemporáneas. Pero si tu audiencia es un grupo de profesionales experimentados, tal vez prefieras un lenguaje más formal y técnico.
Evita el exceso de palabras y la sobrecarga de información
Uno de los mayores errores que puedes cometer al preparar una charla es intentar impresionar a tu audiencia con un vocabulario excesivamente complejo o un exceso de información. Esto puede tener el efecto contrario al deseado, haciendo que tu mensaje se pierda en la confusión. Recuerda que, en última instancia, tu objetivo es que la audiencia se lleve algo valioso y memorable.
Historias y metáforas: tus herramientas más poderosas
El uso de historias y metáforas es una de las técnicas más efectivas para conectar con tu audiencia y transmitir tu mensaje de manera poderosa. Una historia bien contada capta la atención y ayuda a que la audiencia recuerde tu mensaje mucho después de que hayas terminado de hablar. Además, las metáforas pueden simplificar conceptos complejos y hacerlos accesibles para todos.
La práctica hace al maestro
Elegir las palabras adecuadas para una charla, como todo, es un proceso que mejora con la práctica. Cuanto más trabajes en tus discursos, más fácil te resultará encontrar la palabra exacta que necesitas en cada momento. No se trata solo de aumentar tu vocabulario, sino de aprender a utilizarlo de manera efectiva para conectar con tu audiencia y transmitir tu mensaje con claridad y precisión.
Por dónde empezar cuando no sabes por dónde empezar
💡 Selecciona con cuidado las animaciones de tus diapos.
Puedes usar animaciones para mejorar la comprensión o crear algún efecto que sorprenda, pero no te excedas: demasiadas pueden distraer o cansar a la audiencia. Las animaciones deben servir para enfatizar puntos clave o mostrar un proceso, no ser un espectáculo por sí mismas.
Y lo mismo con las transiciones. Si usas, que sean suaves para mantener la atención sin distraer.
Hablar en público no acojona
😱 Acepta que los nervios son normales.
Sentimos nervios en infinidad de circunstancias, solo que no los llamamos así ni los tenemos asociados con algo negativo. Los síntomas del miedo a hablar en público son los mismos que los que tenemos cuando tenemos una cita romántica: nos palpita el corazón, tenemos mariposas en el estómago… Cambiemos el paradigma. Lo normal es sentir algo de nervios antes de hablar en público. Cuando aceptamos esta sensación como parte del proceso y, en lugar de luchar contra los nervios, los usamos a nuestro favor, conseguimos estar más alerta y enfocados. Reconoce tus nervios como algo positivo y natural.
Charla recomendada
Hoy la cosa va de palabras, así que la charla también, por supuesto. James Geary nos habla sobre el poder de las metáforas, desde Aristóteles a Elvis Presley… las metáforas son capaces de influenciar sutilmente nuestras decisiones.
¡Espera, espera!, no te vayas todavía, que aún hay más 😘
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