Seguro que lo has oído mil veces: "Tienes que contar una historia". Nosotros te lo hemos dicho por aquí otras tantas… Y sí, el consejo es bueno. Las historias conectan, emocionan y hacen que la gente recuerde lo que decimos.
Pero… ¿qué pasa cuando estás en una presentación técnica, una ponencia académica o una charla corporativa donde contar "la historia del héroe que superó sus miedos" simplemente no encaja?
Hoy te traemos algo que te puede ayudar mucho: cómo usar estructura narrativa sin necesidad de contar una historia tradicional.
Sí, se puede. Y cuando lo haces bien, tu mensaje gana claridad, retiene la atención y genera impacto emocional sin forzar nada.
Vamos a verlo paso a paso.
¿Por qué la narrativa funciona (incluso sin relato)?
Primero, lo fundamental: la narrativa no es lo mismo que contar cuentos.
Cuando hablamos de “narrativa” nos referimos a una estructura mental que el cerebro humano reconoce y agradece:
👉 una secuencia lógica de eventos donde algo cambia, mejora o se transforma.
Incluso si no hay personajes, ni un viaje, ni emociones personales, nuestro cerebro sigue funcionando en modo historia.
Lo que no le gusta es el caos. La información suelta. Las listas sin orden ni progreso.
Así que la clave es esta: podemos pensar como narradores incluso si no contamos historias.
¿Qué es una estructura narrativa mínima?
La versión más simple (y poderosa) de cualquier narrativa es:
Inicio / Contexto
Conflicto / Problema / Fricción
Resolución / Resultado / Aprendizaje
Este esquema lo puedes aplicar a cualquier tipo de presentación, incluso a informes técnicos, papers científicos o pitches de producto.
Y no, no hace falta inventarse un personaje llamado "Sara" que lucha por salvar el mundo.
Vamos a ver cómo funciona esto con ejemplos reales.
Ejemplo 1: Presentación técnica sin historia, con estructura narrativa
Imaginemos que estás presentando los resultados de un nuevo sistema de análisis de datos en tu empresa.
Podrías empezar así:
Inicio / Contexto:
“Hasta el año pasado, la mayoría de nuestras decisiones de marketing se basaban en estimaciones manuales y datos dispersos.”Conflicto / Problema:
“Esto nos hacía lentos, imprecisos y a menudo tomábamos decisiones basadas en intuición más que en evidencia.”Resolución / Resultado:
“Con el nuevo sistema de análisis integrado, hemos reducido el tiempo de reporte en un 65% y mejorado la precisión de nuestras campañas en un 28%.”
¿Ves lo que hicimos? No hay historia con personajes, pero hay una narrativa clara. Hay un “antes”, un “problema” y un “desenlace”.
El cerebro lo agradece. Y tú quedas como un comunicador/a claro, eficaz y profesional.
Ejemplo 2: Comunicación científica
Supongamos ahora que estás explicando un hallazgo en una conferencia académica. Puedes usar estructura narrativa sin perder rigurosidad.
Inicio / Contexto:
“Tradicionalmente, se ha asumido que la proteína X solo se activa bajo condiciones de estrés celular.”Conflicto / Tensión:
“Pero durante nuestros ensayos, observamos actividad incluso en condiciones de reposo. Esto ponía en cuestión un modelo teórico de más de una década.”Resolución / Hallazgo:
“Nuestra hipótesis es que la proteína X tiene un rol regulador aún no documentado. Y eso abre una nueva línea de investigación.”
Aquí tampoco hay historia. Pero hay tensión, hay progreso, y el público entiende la relevancia de lo que dices.
¿Por qué esto funciona tan bien?
Porque el cerebro necesita hilos conductores. Si lanzamos datos, ideas o conclusiones sin un marco, el público:
– Se pierde
– Se desconecta
– Se olvida de lo que dijimos cinco minutos después
En cambio, cuando usamos estructura narrativa, convertimos la información en algo procesable y memorable.
Y lo mejor: no hace falta ser “creativo” para usarlo. Solo hace falta pensar así:
🧠 “¿Qué había antes? ¿Qué cambió? ¿Qué significa eso ahora?”
Cómo aplicar esta estructura en tu próxima presentación
Te proponemos un método sencillo: piensa en tu mensaje como un viaje de transformación.
No importa si hablas de datos, ideas o procesos. Siempre hay algo que cambia. Ahí está la narrativa.
✍️ Paso 1: Define el punto de partida
¿Qué sabía, hacía o creía tu audiencia antes de escuchar esto?
🔥 Paso 2: Identifica el conflicto
¿Qué problema, duda o reto existe en ese punto de partida?
🌱 Paso 3: Muestra la transformación
¿Qué cambia gracias a lo que tú estás contando?
La “microhistoria” como unidad mínima de impacto
Otra estrategia interesante es usar microhistorias.
Son relatos de 2–3 frases, con estructura narrativa, que ilustran una idea sin extenderse demasiado.
Ejemplo:
“Probamos la funcionalidad con solo tres usuarios. Uno de ellos, sin experiencia técnica, fue capaz de completar el flujo en menos de dos minutos. Esa fue nuestra primera señal de que estábamos en el camino correcto.”
No has contado una historia épica. Pero sí una secuencia con sentido narrativo.
Y eso, aunque parezca simple, cambia cómo se recibe el mensaje.
¿Qué evita que una presentación técnica sea aburrida?
A menudo creemos que lo técnico es, por definición, “aburrido”. Pero eso no es verdad. Lo aburrido no es el contenido: es cómo lo presentamos.
Y aquí es donde la estructura narrativa hace la diferencia.
👉 Una lista de funcionalidades puede no enganchar.
👉 Pero mostrar cómo esas funcionalidades resolvieron un problema real, aunque sea en tres frases, genera atención.
Y si además lo haces con ritmo, pausas y claridad… ganas.
Herramientas prácticas para construir narrativa sin historia
Te dejamos aquí algunas herramientas y fórmulas que puedes usar:
1. Antes → Después → Beneficio
Una fórmula súper útil para mostrar evolución sin contar historias:
“Antes, el proceso tardaba 10 días.
Ahora, solo tarda 36 horas.
Eso nos permite lanzar al mercado dos semanas antes que la competencia.”
2. Por qué → Qué → Qué significa
Ideal para dar contexto y traducir información técnica a impacto real:
“¿Por qué hicimos esto? Porque los errores manuales eran muy altos.
¿Qué hicimos? Automatizamos la validación con IA.
¿Qué significa? Menos tiempo perdido, menos frustración y menos costes ocultos.”
3. “Problema oculto” + “Descubrimiento” + “Solución inesperada”
Una fórmula narrativa muy potente que suena casi como un mini-documental de ciencia o innovación:
“Todo parecía estar funcionando bien... hasta que medimos los resultados de forma más precisa.
Descubrimos que más del 40% de los registros estaban duplicados.
Lo curioso es que el error no estaba en el sistema, sino en cómo el equipo lo usaba.”
¿Y qué pasa si sí quiero meter una historia real?
¡Perfecto! Solo asegúrate de que la historia no sea la protagonista, sino un vehículo. Una buena historia es útil cuando refuerza una idea concreta, no cuando la reemplaza.
🔹 Una historia breve para ilustrar un punto: bien.
🔹 Una historia larga que tapa el contenido clave: no tan bien.
Recuerda: tú no estás en el escenario para entretener. Estás para transformar.
Un ejercicio para ti
Toma la próxima presentación que tengas que dar y haz este ejercicio:
Identifica la idea principal que quieres que la audiencia recuerde.
Pregúntate:
– ¿Qué pensaría alguien antes de escuchar esto?
– ¿Qué le hace cuestionarse esa idea?
– ¿Qué cambia después de escucharme?Usa eso para construir tu guion, aunque no haya historia.
Si te funciona, verás que el mensaje fluye mejor, engancha más y deja más huella.
En resumen
✅ No necesitas contar historias tradicionales para comunicar con poder.
✅ Lo que necesitas es estructura narrativa, aunque sea mínima.
✅ El público no quiere datos: quiere entender qué cambió y por qué importa.
✅ La narrativa te ayuda a ordenar, clarificar y conectar, incluso en entornos técnicos o formales.
✅ Y lo mejor: puedes empezar a aplicarlo hoy.
¿Y tú, cómo estructuras tus presentaciones?
¿Usas alguna de estas técnicas sin saberlo? ¿O te gustaría probar algo diferente?
Cuéntanos. Nos encantará leerte.
Nos vemos en el siguiente número, donde hablaremos de cómo usar metáforas con propósito: para que tus ideas no solo se entiendan, sino que se visualicen y se sientan.
Hasta la próxima.
Charla recomendada
Con la premisa de ¿por qué sales mal en las fotos?, la fotógrafa canadiense Teri Hofford viene a volarte la mente. Te cuenta por qué crees que sales mal y cómo aumentar tu confianza para empezar a salir bien.
Y su idea, sencillamente, es ESPECTACULAR.
¡Un segundo!, Todavía tenemos algo más que contarte 😘
👉 En nuestra web encontrarás más información sobre nuestros cursos para aprender a hablar en público.
👉 Estamos a un click en hola@gameoftalks.com
👉 Nos puedes seguir en Linkedin.
👉 ¿Conoces a alguien a quién le pueda ser útil aprender a hablar en público? Entonces tal vez sería buena idea compartir Game of Talks, ¿no te parece?
Me parecen muy valiosos estos consejos.
Yo suelo acudir a congresos académicos, donde se sigue una "estructura" básica (introducción, métodos y materiales, resultados, conclusiones). Pero lo cierto, es que muchas veces a la hora de exponerlo no se utiliza una narrativa que enganche. Así, que me apunto estas estructuras para probarlas en mi próximo congreso, porque creo que la ciencia se puede contar diferente.
De otro lado, el tema de las metáforas me encanta. Desde que empece mi proyecto de divulgación he optado por incluir "metáforas biológicas o de la naturaleza", la verdad que me salen muy fácil, y siento que se transmite mucho más.
Así, que con ganas de la siguiente edición.
Lo incluimos en el diario de Substack en español? Muy bueno 😃