La sala estaba llena y podías sentir la tensión en el aire. Era el gran día de tu presentación y, aunque habías preparado cada palabra, una cosa se te seguía escapando: ¿qué hacer con tus manos y tus pies? Tu sensación era que tu discurso era sólido y estaba bien preparado pero que tus gestos no estaban a la altura y que, precisamente, éstos, podían marchar la diferencia en cómo tu mensaje se iba a recibir por la audiencia.
Esto es algo que la gran mayoría de oradores suelen descuidar. Algunos se balancean sobre el escenario, otros se meten las manos en los bolsillos…
Así que vamos a ver qué podemos hacer con las manos y los pies para que todo esté bajo control.
Sabemos que hablar en público puede ser una experiencia aterradora. Y que los nervios pueden hacer que nuestras manos suden y que nuestros pies se sientan pesados o, todo lo contrario, inquietos. Por este motivo, es necesario aprender a controlar estos elementos de nuestro lenguaje corporal para proyectar la confianza que queremos.
El poder de las manos
1. Gestos naturales y efectivos
El movimiento de las manos puede complementar y reforzar lo que estás diciendo. Hay estudios que muestran que los gestos pueden hacer que tu discurso sea más memorable y claro para la audiencia. Es importante que estos gestos sean naturales y no forzados. ¿Qué haces con las manos cuando hablas con tus amigos? Fíjate y aprende de lo que tú mismo haces cuando no estás en una situación de estrés.
2. Evita gestos nerviosos
Evita tocarte la cara, frotarte las manos, o jugar con objetos como bolígrafos o notas. Estos gestos pueden distraer a la audiencia y restar profesionalidad a tu presentación.
3. Usa gestos abiertos
Los gestos abiertos, como extender las manos con las palmas hacia arriba, pueden ayudar a transmitir honestidad y apertura. Estos gestos invitan a la audiencia a conectar contigo y pueden hacer que tu mensaje sea más convincente.
4. Sincronización con el contenido
Asegúrate de que tus gestos estén sincronizados con tu discurso. Por ejemplo, al enumerar puntos, puedes usar tus dedos para contar visualmente. Esto ayuda a la audiencia a seguir el hilo de tus ideas.
Controla los pies
1. Postura firme
Mantén una postura firme, con los pies separados a la altura de los hombros. Esto te da una base sólida y te ayuda a proyectar confianza. Evita caminar, balancearte o moverte de un lado a otro, ya que puede distraer a tu audiencia.
2. Movimientos calculados
Moverse estratégicamente puede ayudar a mantener la atención de la audiencia y a reforzar puntos clave. Por ejemplo, dar un paso hacia adelante al hacer una afirmación importante puede subrayar la seriedad de tu mensaje.
3. Evita el movimiento excesivo
El movimiento excesivo, como caminar nerviosamente de un lado a otro, puede indicar inseguridad. Limita tus movimientos a cambios de posición estratégicos que refuercen tu mensaje en lugar de restarle impacto.
Integración de manos y pies en la narrativa
1. Crear imágenes visuales
Usa tus manos para crear imágenes visuales que ayuden a la audiencia a entender y recordar mejor tu mensaje. Por ejemplo, al hablar de crecimiento, puedes mover tus manos hacia arriba para representar una gráfica ascendente. O hacia los lados, como si tuvieras un acordeón entre las manos.
2. Pausas y énfasis
Las pausas son cruciales en cualquier discurso. Durante una pausa, mantén una postura firme y usa un gesto simple para enfatizar el punto que acabas de hacer. Esto puede aumentar la expectativa y el impacto de lo que dirás a continuación.
3. Practica la coherencia
Practica tu discurso con los gestos y movimientos incluidos. Esto te ayudará a integrar el uso de manos y pies de manera natural y coherente, haciendo que tu presentación fluya mejor. Un espejo puede ser tu mejor amigo (de hecho, piensa en cómo ensayan los bailarines sus coreografías. Tu discurso debe estar coreografiado en lo que a gestos se refiere).
Gestiona tu ansiedad
1. Técnicas de relajación
Antes de subir al escenario, practica técnicas de respiración y relajación para calmar tus nervios. Respiraciones profundas y conscientes pueden ayudarte a controlar el temblor en las manos y a centrarte.
2. Preparación exhaustiva
Conoce tu material a fondo. Cuanto más preparado estés, más seguro te sentirás y menos probabilidades tendrás de recurrir a gestos nerviosos o movimientos innecesarios.
3. Visualización positiva
Antes de tu presentación, visualiza cómo usarás tus manos y pies de manera efectiva. Imagina a la audiencia respondiendo positivamente a tu lenguaje corporal.
Ejemplos prácticos
1. Manos a los lados
Durante partes de tu presentación que no requieren gestos específicos, deja tus manos a los lados. Esto evita distracciones y proyecta una imagen de calma y control.
2. Pies en posición neutral
Mantén tus pies firmemente plantados en el suelo, con el peso distribuido uniformemente, como si te hubieran salido raíces. Esto te ayuda a mantener el equilibrio y a proyectar una imagen segura.
3. Gestos de enfasis
Al enfatizar un punto importante, puedes levantar una mano con la palma hacia arriba. Este gesto invita a la audiencia a prestar atención y resalta la importancia de tu mensaje.
Y, bueno, te encomendamos a poner en práctica estos consejos. Te van a ayudar también a sentir más seguridad al hablar y, sin duda, van a mejorar la recepción de tu mensaje por parte de la audiencia. Recuerda que la clave de todo está en la naturalidad y la coherencia: usa tus gestos para complementar tu discurso, no para distraer. Con preparación y práctica, puedes dominar el arte del lenguaje corporal y llevar tus presentaciones al siguiente nivel.
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