Cinco tipos de chistes que puedes usar en tus charlas
Hay pocos presentadores que se atrevan a introducir el humor en sus charlas. Y, sin embargo, cada vez que preguntamos, en algún taller, qué características tienen las charlas que más le gustan a las personas que participan, invariablemente, nos dicen: “son divertidas”, “te entretienen”, “te hacen sonreír/reír”.
Y es que incorporar humor en una charla es una de las técnicas más eficaces para captar la atención de la audiencia, relajar el ambiente y hacer que nuestro mensaje sea más memorable.
Cuando planifiques un chiste, hazlo con seguridad y siendo consciente de que puede que no todo el mundo se ría. No pasa nada. Esta habilidad se pule con el tiempo y, sobre todo, con la práctica.
Así que hoy vamos a hablar de humor. Vamos a ver qué cinco tipos de chistes podemos utilizar durante nuestras presentaciones y vamos a ver cómo podemos emplearlos:
1. La autocrítica
El humor autocrítico implica hacer bromas sobre uno mismo. Este tipo de chiste ayuda a humanizarnos como oradores, nos hace parecer más accesibles y cercanos a la audiencia. Además, demuestra confianza y humildad. Son especialmente útiles al comienzo de una presentación para romper el hielo y reducir la tensión tanto para quien habla como para la audiencia.
Por ejemplo: "Una vez me apunté al gimnasio y me perdí buscando la salida. Creo que quemé más calorías intentando encontrarla que en toda la sesión".
Otro ejemplo: "Mi memoria es tan mala que hasta Google me tiene que recordar mi contraseña”.
2. Los juegos de palabras
Los juegos de palabras son chistes que juegan con el doble sentido de las palabras. Este tipo de humor es ingenioso y nos encanta, porque todo lo que signifique tratar a la audiencia como personas inteligentes que son es estupendo. Es importante asegurarnos de que el juego de palabras sea claro para que la audiencia lo entienda rápidamente, pero quizá no todo el mundo lo haga. No pasa nada: los que sí se reirán muchísimo. No todos tenemos el mismo tipo de humor. Los juegos de palabras también pueden hacer que el contenido técnico o seco sea más accesible y entretenido.
Por ejemplo: "Me encanta dar charlas sobre ciencia, pero debo admitir que a veces me pierdo en el espacio... y en el tiempo".
Otro ejemplo: "En mi empresa, las reuniones son tan largas que deberían considerarse maratones. Deberíamos ganar medallas solo por sobrevivir a ellas".
3. Anécdotas relacionadas con el tema
Contar una anécdota graciosa relacionada con el tema de tu charla le va a dar humor y dinamismo y va a reforzar tu mensaje. Las anécdotas son fáciles de recordar y consiguen que tu presentación tenga un toque más personal. Este tipo de humor es ideal para ilustrar puntos clave y hacer que la información sea más relevante y memorable para la audiencia.
Por ejemplo: "En una conferencia sobre la importancia del trabajo en equipo, conté cómo una vez traté de montar un mueble de Ikea sin leer las instrucciones. Después de tres horas y dos patas de mesa adicionales, entendí el valor de seguir un plan y colaborar con otros."
Otro ejemplo: "Estaba tan nerviosa en mi primera presentación que en lugar de 'presupuesto' dije 'presumido'. Mi jefe no dejó de recordármelo durante semanas."
4. Humor observador
Este tipo de humor se basa en observar y comentar situaciones cotidianas que todos podemos reconocer. Es efectivo porque crea un vínculo instantáneo con la audiencia, que se siente identificada con las observaciones que estamos haciendo. El humor observador es especialmente útil para mantener la atención de la audiencia y hacer que temas complejos sean más accesibles y comprensibles.
Por ejemplo: "¿Alguna vez habéis notado cómo las reuniones virtuales se han convertido en una competición de quién tiene el fondo de pantalla más intenso? Yo siempre elijo una biblioteca, aunque luego solo lea los prospectos de las medicinas."
Otro ejemplo: "En las oficinas siempre hay alguien que ajusta el termostato como si estuviera controlando la temperatura de todo el planeta. Un día es el Sahara y al siguiente es la Antártida. Creo que esa persona quiere ser meteoróloga, pero no se lo digáis a nadie."
5. Chistes inocentes y universales
Los chistes inocentes y universales son aquellos que son apropiados para todas las edades y no ofenden a nadie. Son seguros para usar en cualquier contexto y pueden hacer reír sin riesgo de controversias. Este tipo de humor es útil en entornos formales o mixtos donde el público puede tener sensibilidades diversas.
Por ejemplo: "¿Qué hace una abeja en el gimnasio? ¡Zum-ba!"
Otro ejemplo: "¿Por qué el libro de matemáticas estaba triste? Porque tenía demasiados problemas".
El uso de humor en una charla puede es una de las herramientas más poderosas para conectar con nuestra audiencia y mantener su atención. Seleccionar el tipo de chiste adecuado y asegurarnos de que es el apropiado para esta audiencia y contexto, enriquecen nuestra presentación. La clave está en ser auténticos y considerar siempre SIEMPRE a nuestra audiencia al elegir el tipo de chiste que vamos a usar. Todo es empezar y, como siempre, usar el humor requiere práctica, pero para eso, hay que pasar por la primera vez. Let’s go.
PD- Recuerda que tenemos un curso muy molón y con un nombre muy ochentero para perder el miedo a hablar en público.
Charla recomendada
Por supuesto, esta semana hablamos del humor porque la mitología corporativa es incorrecta. Nadie tiene por qué ser serio para tomarse las cosas muy en serio. Jennifer Aaker es científica del comportamiento y Naomi Bagdonas es estratega corporativa y, basándose en el curso que imparten en la Escuela de Postgrado de Negocios Stanford, ambas ahondan en el sorprendente poder del humor: por qué es un arma secreta para forjar vínculos, ganar poder, fomentar la creatividad y la resiliencia. También nos explican cómo podemos desarrollar un mayor sentido del humor.