El arte de dar feedback: cómo ayudar a mejorar las presentaciones de otra persona
El feedback que impulsa presentaciones exitosas
Aprender a dar un buen feedback es crucial si quieres ayudar a alguien a mejorar sus presentaciones.
¿Cuántas veces te ha pasado que alguien del trabajo te ha preguntado qué tal lo hizo en su presentación?
Si dijiste simplemente “¡bien, genial!” porque no sabías cómo hacer la crítica de forma constructiva, sigue leyendo porque esto es para ti.
Dar feedback a una presentación puede parecer un arte complicado, pero es una habilidad crucial para ayudar a a mejorar y conectar mejor con la audiencia.
Y aunque todos hemos recibido alguna vez un feedback que no ha sido útil (o incluso que ha desmotivado), la clave para que esta herramienta sea efectiva está en enfocarla como un proceso de crecimiento y de apoyo.
La sinceridad no está reñida con el tacto. Si quieres de verdad ser de ayuda es mejor que te pares un segundo a pensar qué es útil y qué no.
Hoy vamos a desglosar cómo dar un feedback que realmente ayude, con técnicas prácticas y ejemplos específicos que harán que el mensaje llegue mejor y de una forma más útil.
🪢 Al lío.
Empezar con lo positivo
Para que una persona reciba el feedback de forma abierta, es importante empezar destacando los puntos fuertes de la presentación.
No solo ayuda a que el ponente vea el valor de su esfuerzo, sino que también crea un ambiente de confianza para que la crítica constructiva se reciba con más apertura.
Empezar con algo positivo no significa evitar señalar los puntos de mejora. Al contrario, resaltar los logros iniciales muestra que se valora el trabajo hecho, preparando el terreno para que los comentarios constructivos se reciban de una manera más receptiva.
🙏 Recuerda, el objetivo no es solo mejorar la presentación, sino también ayudar a la persona a sentirse segura de sí mismo en futuras ocasiones.
Ejemplo concreto:
“Lo que me ha gustado de tu presentación es la claridad con la que explicaste el tema. Se nota que tienes control sobre el contenido y que te importa que los demás lo comprendan. Esa es una gran base para conectar mejor con la audiencia.”
Otro:
“Me encantó cómo estructuraste los puntos clave. Fue fácil de seguir y eso permitió que las personas mantuvieran la atención. Esa claridad es muy poderosa y te permite construir sobre una buena base.”
Enfocarse en los aspectos clave
Dar feedback de calidad no significa señalar todos los detalles que podrían mejorarse, sino enfocarse en lo que realmente impacta el resultado final de la presentación. Esto incluye temas como el lenguaje corporal, la claridad en el mensaje o el uso de historias, que ayudan a reforzar las ideas centrales y a captar mejor la atención.
Muchas veces, los detalles que más afectan la percepción de una presentación no son obvios. Por ejemplo, algunas personas pueden desconocer la importancia de hacer pausas estratégicas, o cómo el tono de voz afecta la atención.
🔎 Enfocarse en aspectos clave evita que el feedback se vuelva una lista interminable de observaciones, y en su lugar permite al orador mejorar en lo que realmente marcará una diferencia en su conexión con la audiencia.
Ejemplo concreto:
“Tu mensaje central estaba claro y era fácil de seguir, pero podrías añadir algún ejemplo concreto para hacerlo más visual. Las personas suelen recordar mejor una idea cuando la ven ilustrada.”
Otro:
“La manera en que usaste el espacio al moverte por el escenario generó interés. Para hacerlo aún más efectivo, podrías coordinar esos movimientos con los momentos clave de tu mensaje; eso dará una presencia más dinámica.”
Ser específico y orientado a soluciones
Evitar generalidades es clave para que el feedback sea útil. Decir “debes mejorar el lenguaje corporal” o “necesitas más energía” no da una guía clara. En cambio, ser hacer comentarios específicos y orientados a soluciones permite que el feedback se convierta en una herramienta práctica y de mejora.
👌Un buen feedback identifica áreas concretas de mejora y sugiere acciones específicas para el futuro. Aquí, es útil indicar cambios pequeños y manejables, para que el ponente no se sienta abrumado.
Si el feedback se orienta hacia soluciones, cada presentación tendrá una base más sólida que la anterior, y el orador aprenderá a aplicar las mejoras con confianza.
Ejemplo concreto:
“Algunos de tus gestos pueden comunicar aún más confianza. Por ejemplo, intenta abrir más los brazos al hablar; eso transmite apertura y conexión con el público.”
Otro:
“Cuando quieres enfatizar un punto importante, intenta pausar por unos segundos antes y después de la frase. Eso captará la atención y resaltará la importancia de lo que estás diciendo.”
Alinear el feedback con el objetivo de la presentación
Cada presentación tiene un propósito distinto: informar, inspirar, persuadir. Antes de dar feedback, es útil preguntar cuál era el objetivo del ponente.
Esto permite que los comentarios se alineen con el objetivo de la charla. Si el objetivo es inspirar, por ejemplo, el feedback puede enfocarse en la emoción y autenticidad de la entrega; si el propósito es persuadir, en la estructura lógica y claridad del argumento.
🎯Adaptar el feedback al objetivo específico asegura que la retroalimentación sea relevante y no se perciba como una crítica ajena a lo que el presentador quiere lograr.
Recuerda que una buena presentación no sigue siempre las mismas reglas; a veces, un estilo más pausado es lo adecuado si se quiere que la audiencia reflexione profundamente.
Ejemplo concreto:
“Para que el mensaje sea aún más inspirador, podrías incluir una historia personal o alguna experiencia que te motive. Ese tipo de relato siempre capta la atención y hace que la gente conecte más contigo.”
Otro:
“Si tu objetivo es persuadir, puede ser útil estructurar tus argumentos en una secuencia de tres puntos clave. Esto dará una sensación de progreso y reforzará la idea de que tienes un mensaje claro y bien definido.”
Cerrar con una recomendación específica de mejora
Un cierre claro en el feedback refuerza los puntos que se han tratado y resume el camino hacia la mejora. Así, el ponente se va con una idea concreta de lo que puede trabajar para la próxima vez.
Este paso final no es solo un recordatorio, sino una forma de mostrar apoyo a su desarrollo, lo cual puede ser particularmente útil para motivar a la persona.
🆘 La recomendación final debe ser concreta y manejable, ofreciendo un paso práctico que pueda aplicar en su siguiente presentación. Es el cierre ideal, ya que convierte todo el feedback en algo tangible y orientado a la acción.
Ejemplo concreto:
“Para la próxima vez, podrías centrarte en hacer más pausas estratégicas. Te ayudará a controlar el ritmo y a captar la atención en los momentos clave. Seguro que te dará un gran impulso a tu mensaje.”
Otro:
“Algo que puede ser muy útil es practicar una mayor modulación de voz en casa. Ensaya partes de tu presentación subiendo y bajando el tono según la intensidad del mensaje; esto puede transformar cómo la audiencia percibe la emoción en tus palabras.”
Cierre inspirador
Un buen feedback no solo ayuda a mejorar habilidades técnicas, sino que también construye relaciones de confianza y fortalece las relaciones.
La próxima vez que te toque dar feedback, recuerda que el objetivo no es solo corregir, sino también motivar y guiar para que esa persona haga una mejor presentación la próxima vez.
No se trata de que hagas tu tanda de lucimiento, se trata de ponerte al servicio de la otra persona para que siga su proceso de mejora.
En nuestros cursos este es un punto importante, no sirve de nada machacar a la otra persona haciéndole ver que tú sabes mucho más. Al contrario, lo único que se consigue es hacerla pequeñita y que la próxima vez esté más bloqueada.
💡Dar feedback que inspire y motive puede ser tan transformador como una buena presentación. Al final, una crítica constructiva y bien dada genera mejores oradores y una mejor comunicación en todo tipo de equipos.
Por dónde empezar cuando no sabes por dónde empezar
🎯 ¿ABURRES A LAS CABRAS? PRUEBA A CONTAR HISTORIAS
Hace poco una clienta nos dijo: “es que mis presentaciones son muy aburridas”. Y lo peor es que tenía razón. Se centraba en trasladar información sin darle ningún tipo de estructura. Datos, datos, datos.
En casos así nuestra recomendación es que, antes de nada, aprendas estrategias narrativas. Puedes empezar, por ejemplo, con el Viaje del Héroe, una estructura narrativa que te será familiar desde el primer minuto. Y lo mejor, que también será reconocible por la audiencia, por algo es la estructura narrativa más utilizada de la historia. Hemos hablado de ella ampliamente en publicaciones anteriores y por supuesto en nuestro libro.
Cuatro pasos para preparar una charla sobresaliente
Hablar en público en 4 pasos: Un método basado en El Viaje del Héroe
Hablar en público no acojona
✌🏻 CUIDA LAS PALABRAS QUE TE DICES.
El diálogo interno que tengas antes de empezar una presentación va a marcar cómo te sentirás.
Así que deja de machacarte internamente y empieza a cambiar qué te dices. Identifica tus pensamientos negativos y cámbialos por afirmaciones positivas.
La audiencia no está ahí conspirando para darte caña, al contrario. Las personas que te están escuchando quieren que todo salga bien, tenlo en cuenta.
Charla recomendada
En esta charla, Stanley McChrystal comparte lecciones sobre liderazgo y comunicación basadas en su experiencia militar.
Uno de los ejes principales de su mensaje es la importancia de la escucha activa y la adaptación para liderar eficazmente en entornos en constante cambio. McChrystal explica cómo el liderazgo no consiste en tener todas las respuestas, sino en saber escuchar y aprender de otros, especialmente en situaciones difíciles.
Ya intuimos que lo tuyo no va de campamentos militares, pero no te fijes en eso. En su lugar, podemos aprender e inspirarnos de su visión sobre cómo escuchar activamente y adaptar tu estilo según las necesidades.
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